martes, 6 de enero de 2009

Vanguardia Organizada del Pueblo

Diario "La Prensa". Santiago, 25 de mayo de 1971. p. 9.

“Se ufana de sus crímenes: amenazante declaración del VOP”:


1.- Crearon fábricas, donde somos día a día pisoteados y humillados, y se nos paga solo lo justo para no morirnos de hambre y con esto seguir explotándonos.

2.- Crearon supermercados y almacenes en los cuales nos dan escasos alimentos por el valor del dinero que nos tienen asignados (tarifas por capacidad de producción asignadas por el Estado) y que estamos obligados a gastar allí o en su defecto, para comprar ropa de mala calidad (desechos de los ricos) para mal abrigarnos.

3.- También crearon bodegas que son utilizadas para esconder mercadería y así poder subir los precios y con esto estrujar aún más nuestros escuálidos bolsillos.

4.- Los únicos que tienen todo y son los dueños de los bancos son los malditos ricos. A nosotros no nos alcanza la plata…

Garantizamos a ustedes que iremos aplicando la justicia de los obreros a quienes nos han tenido humillados por largo tiempo, previo quitarles su capital que será devuelto a nuestros hermanos de clase, en parte, y también ayudar a perfeccionar aún más nuestra potencia de fuego…

Por último afirmamos una vez más nuestro propósito y decisión de lucha revolucionaria y a la vez te llamamos hermano de clase por los pisoteados y asesinados constantemente con armas de guerra, para que te unas a nuestras filas y te organices clandestinamente y formes muchas células guerrilleras que den golpes demoledores a todos estos perros desgraciados, causantes de todo nuestro sufrimiento hasta el día, hermanos que seamos los dueños del poder político y económico y poder dejar de ser explotados, ser libres verdaderamente sin la tutela de los ricos ni de intereses extranjeros o ajenos a nosotros. “Hasta el último hombre” y “hasta la victoria siempre.

Comando político militar Francisco Ismael Villegas Pacheco.
VOP, organización socialista y revolucionaria, dirigida por proletarios armados.


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VOP, Vanguardia Organizada del Pueblo.

La Vanguardia Organizada del Pueblo representa la llamada “vía insurreccional al socialismo”, que significó la opción por una radicalización del proceso revolucionario que comenzó justamente con la “vía pacífica” de la mano del gobierno de Salvador Allende. Como estrategia de acción política implica una crítica hacia la opción gobiernista, pese a que varios de estos grupos armados apoyaron al gobierno. La particularidad de la VOP consistió justamente en no abandonar la vía violenta durante el “gobierno popular”, sino que ampliarla, en parte como protesta contra el mismo, al cual bajo ninguna circunstancia adscribió.

Bajo su consigna “¡El Pan que con sangre fue quitado, con sangre será recuperado!”, la VOP irrumpió en el escenario político chileno. El día 17 de octubre de 1969 es considerada la fecha en que comienza la historia vopista, cuando Ronald Rivera Calderón fue expulsado del Movimiento de Izquierda Revolucionario, por criticar frecuentemente al MIR por considerarlo “aburguesado” y “poco dispuesto a crear el caos con rapidez”. A Rivera se unieron algunos militantes de la Juventud Comunista que –al igual que él– estaban por la línea “ultra” en la acción y habían sido expulsados de la colectividad.

“Nunca en la historia delictual chilena ni en la historia reciente del extremismo político de este país se había dado el caso de una banda que reuniera en sí tantas facetas delictuales: delincuentes comunes, terroristas, drogadictos, servidores de causas sediciosas y simples ladrones”[1].



[1] “Los Crímenes del VOP”. En: Revista VEA. Santiago, nº 1662. 6 de mayo de 1972. p. 4.

jueves, 6 de noviembre de 2008

Luis Olea, 1898

"Somos un conjunto incomprensible
de poesía y prosa, de amor y odio, de fe y escepticismo;
somos una mezcla extraña que emulsiona lo bueno y lo malo,
donde fermentan las ideas contrarias
que hacen estallar el rayo de luz que ilumina el cerebro en los instantes de duda,
a semejanza del choque eléctrico que alumbra los espacios".


Luis Olea.
La Tromba, Nº1.
Santiago, 6 de marzo de 1898.

jueves, 25 de septiembre de 2008

Renzo Novatore

“La historia, el materialismo, el monismo, el positivismo, y todos los "ismos" de este mundo son herramientas viejas y oxidadas que ya ni necesito ni me importan más. Mi principio es la vida, mi fin es la muerte. Deseo vivir mi vida intensamente para abrazar mi vida trágicamente.
¿Esperas la revolución? ¡La mía empezó hace mucho! Cuando estés listo (¡Dios, qué espera interminable!) No me importará acompañarte por un rato. Pero cuando te detengas, ¡yo continuaré en mi loco camino triunfal hacia la gran conquista sublime de la nada!
Cualquier sociedad que construyas ha de tener sus límites. Y fuera de los límites de cualquier sociedad errarán vagabundos indómitos y heróicos, con sus vírgenes y salvajes pensamientos ¡aquellos que no pueden vivir sin planear siempre nuevos y terribles brotes de rebelión!
¡Yo estaré entre ellos!
Y tras de mí, como ante mí, estarán aquellos que dicen a sus compañeros: "¡Volveos pues hacia vosotros mismos más que hacia vuestros dioses o ídolos. Encontrad lo que se esconde en vosotros; sacadlo a la luz; ¡mostraos!".
Porque cada persona; quien, buscando en su propia interioridad, extrae lo que está misteriosamente oculto dentro; es una sombra que eclipsa cualquier forma de sociedad que pueda existir bajo el sol.
Todas las sociedades se estremecen cuando la arrogante aristocracia de los vagabundos, los inaccesibles, los únicos, los gobernantes del ideal, y los conquistadores de la nada avanzan resueltamente.
Por tanto, ¡vamos iconoclastas! ¡adelante! ¡El presagio en el cielo ya se torna oscuro y silencioso!".

Renzo Novatore.
Arcola, enero de 1920.

viernes, 25 de julio de 2008

La "Huelga de la Carne".

Del Señor Prefecto de Policía al Señor Juez del Crimen. Santiago, 23 de Octubre de 1905. Disponible en: Archivo Nacional Histórico. Fondo Judicial de Santiago, Causa Criminal, Legajo 1639. pieza 2. fs. 1 – 8 vtas.

Como lo puse en conocimiento de VS. verbalmente, el sábado próximo pasado circulaban proclamas de todas las sociedades obreras convocando a un meeting que debía tener lugar ayer á las 2PM en la estatua de O’Higgins para pedir a S.E. el Presidente de la República la abolición del impuesto al ganado argentino. Esas proclamas recomendaban la mayor tranquilidad y compostura y las investigaciones practicadas por esta sección en órden á establecer los propósitos con que el pueblo concurriría al meeting confirmaban plénamente las recomendaciones que se hacían en las proclamas.

A la hora de la citación se reunieron alrededor de doce mil hombres de los cuales seis mil, a lo menos, pertenecían a la clase obrera y llevaban estandartes con lemas alusivos al objeto de la reunión sin que ninguno de ellos significara propósitos de trastornar el orden público.

Previa la colocación en fila de a dos, tomaron los manifestantes las calles de Morandé torciendo por la de Moneda hasta enfrentar la puerta del palacio, donde se detuvieron para preguntar si S.E. podría recibir a la comisión encargada de entregarle las conclusiones del meeting. El oficial de guardia señor Belarmino Fuenzalida les manifestó que S.E. esperaba en su casa y los obreros se dirijieron á ella siendo la comisión recibida y despachada después de cortos instantes de conferencia con el Presidente, quien salió enseguida al balcón y presenció el desfile de siete o seis mil obreros que se condujeron con todo órden y compostura como lo habían prometido.

Mientras esto ocurría, el otro grupo de seis mil personas entre las cuales habían muchos individuos bebidos y que pertenecían casi en su totalidad a los revoltosos y desocupados que no desean trabajar, se quedó frente al palacio de la Moneda y trató de forzar la entrada. El jefe de la guardia señor Fuenzalida hizo grandes esfuerzos para convencerlos de que su deber le impedía permitirles la entrada al palacio, conducta que los hizo prorrumpir en gritos y amenazas lanzándose a viva fuerza á romper la entrada.

Como la guardia que el señor Fuenzalida tenía a sus órdenes era insuficiente, trató de cerrar la puerta y pidió auxilio a la policía, viéndose ésta obligada a despejar el frente de la puerta en el momento que quebraban á pedradas los vidrios de las ventanas del palacio y caían heridos por los mismos, el Sub-Inspector de la 10ª Comisaría don Tomás Freire y varios guardianes.

Después de mucho trabajo se consiguió despejar la plazuela de la Moneda dirijiéndose los asaltantes a la Tesorería Fiscal que, como Ud. sabe, está situada en la Alameda a los pies del palacio. Mucho costó nuevamente contener este ataque y fueron también numerosos los empleados de policía heridos por los asaltantes que no cesaban de disparar piedras contra los que defendían este edificio. Por fin se retiraron al centro de la Alameda en donde desempedraron un gran trecho de la línea de los tranvías, atacando nuevamente a la policía, a los carros eléctricos que pasaban, a los faroles y globos eléctricos del alumbrado y a algunas casas particulares, especialmente la del Señor Senador don Rafael Errázuriz Urmeneta.

Sólo se pudo contenerlos con cargas de caballería y tropa de infantería en número de mil doscientos, restableciéndose el órden sólo a las 9 ½ de la noche.

Las respectivas comisarías pondrán a disposición de VS los reos aprehendidos en delito infragante i citaran al juzgado los testigos para acreditar su culpabilidad.

Hasta este momento se ha obtenido la siguiente nómina de empleados de Policía heridos de alguna gravedad por los asaltantes:

1ª Comisaría:
Guardián 3º, Desiderio Perez, Contusiones graves en la cabeza y en el cuerpo.
Guardián 3º, Juan N. Poblete, Contusiones leves en la cara y en las piernas.
Guardián 3º, Mamerto Correa, Contusiones graves en el pie izquierdo inferida por una pedrada.
Guardián 2º, Juan Machuca, Contusión grave en la pierna izquierda a consecuencia de haber sido atropellado.

2ª Comisaría:
Inspector, Don Rafael Prado, Herido levemente en la cabeza.
Sub-Inspector, Don Joaquín Rodríguez, Herida leve en la cabeza y otra en la cara.
Dragoniante, Cárlos Gálvez, Herida leve en la frente y varias contusiones en el cuerpo.
Dragoniante, Domingo Morales, Herida leve en un dedo de una mano.
Guardián 3º, David Morales, Contusión en un hombro.

3ª Comisaría:
Guardián 1º, Pedro N. Jofré, Herida en la nariz y labio superior.
Guardián 3º, Efraín 2º Lazo, Contusión grave en la espalda, motivo por el cual fue remitido a su domicilio.
Guardián 3º, Marcial Verdugo, Contusión en el brazo derecho.

4ª Comisaría:
Inspector, Don José A. Díaz, Contusiones en el cuerpo y heridas graves en la nariz, carrillo y ojo izquierdo.

6ª Comisaría:
Comisario, Don Rudesindo Gómez, Herido en una mano á piedra.
Inspector, Don Francisco Pino, Herido muy grave.
Guardián 1º, Manuel Lillo, Herido gravemente.
Guardián 2º, Manuel Cornejo, Fractura del brazo derecho.
Guardián 3º, Floridor Bauda, Herido en un pie.
Guardián 3º, Benjamín Martínez, Herido en la cabeza.
Guardián 3º, Luis A. Ramírez, Herido en la cabeza.
Guardián 3º, Eusebio 2º Valdés, Herido en la cabeza y cuerpo.
Guardián 3º, Ignacio 2º Moya, Herido gravemente en la oreja derecha.
Guardián 3º, Juan A. Bravo, Herido gravemente en la cabeza.
Guardián 3º, Juan de Dios Soto, Fractura en el pie izquierdo.

7ª Comisaría:
Guardián 2º, Clodomiro Trincado, Contusiones en la espalda y una herida leve detrás de la oreja izquierda. El caballo que montaba este guardián también salió lastimado.
Guardián 3º, Floridor Pérez*, Una herida en la cabeza, una fractura en el maxilar inferior y en la cara la última, todas graves. Pasó al hospital.
Guardián 3º, Pedro Ormazabal*, Herida en la rodilla izquierda y otra en la cabeza. Pasó al hospital.
Guardián 3º, Juan Espinoza*, Herida en el brazo derecho y una en la mano, ambas leves, por lo que quedó medicinándose en la Comisaría.
Guardián 3º, Teófilo Briceño, Herida en la cabeza y el brazo izquierdo y contusiones en la espalda. Se medicina en la Comisaría.
Guardián 3º, Eduardo Quiroz, Herida leve en la cabeza.
Guardián 3º, Domingo Castillo, Varios golpes en el cuerpo, todos ellos graves, por lo que pasó al hospital.
Guardián 3º, Juan R. Lazo, Herida en la cara.

8ª Comisaría:
Sub-Comisario, Don Carlos Castro, Contusiones en los riñones.
Inspector, Señor Ponce, Contusiones en la espalda.
Inspector, Señor Tobar, Contusiones en la espalda.
Inspector, Señor Gaona, Contusión en la pierna derecha.
Sub-Inspector, Señor Fernández, Contusiones en el pecho.
Guardián 1º, Arturo Bravo, Contusiones en las caderas.
Guardián 1º, Benigno Saavedra, Contusiones en la pierna derecha.
Guardián 2º, Custodio Vasconcelo, Contusiones en la pierna derecha.
Guardián 2º, Solano Rebolledo, Contusiones en el pecho y un hombro.
Guardián 3º, Manuel J. Caro, Fractura en la cara.
Guardián 3º, José A. Labbé, Contusión en el tórax.
Guardián 3º, Agustín 2º Aguilar, Contusión en la pierna izquierda.
Guardián 3º, Horacio Arenas, Contusiones en la espalda.
Guardián 3º, Ruperto Hernández, Contusión en la cara.
Guardián 3º, Luis González, Contusión en la espalda.
Guardián 3º, Isidro Sandoval, Contusiones en la pierna derecha.

9ª Comisaría:
Sub-Inspector, Don Gregorio González, Contusiones leves en el brazo derecho.
Guardián 2º, Patricio Valenzuela, Contusión grave en el ojo izquierdo. Pasó al hospital.
Guardián 2º, Alfredo González, Contusiones leves en el cuerpo.
Guardián 2º, Tomás Lambert, Contusión leve en la pierna izquierda.
Dragoniante, Marcelino Iturra, Contusiones leves en el cuerpo.
Guardián 3º, Rafael Aguirre, Contusiones leves en diferentes partes del cuerpo.
Guardián 3º, Juan Clavijo, Contusiones leves en diferentes partes del cuerpo.
Guardián 3º, Luis A. Flores, Contusiones leves en diferentes partes del cuerpo.
Guardián 3º, Alejandro Chávez, Contusiones leves en diferentes partes del cuerpo.
Guardián 3º, Eleuterio Plaza, Herida leve en la cabeza.
Guardián 3º, José del Carmen Peña, Herida leve en la cabeza.
Guardián 3º, Víctor M. Herrera, Costillas hundidas. Pasó al hospital.

10ª Comisaría:
Sub-Comisario, Don Alejandro Hernández, Herida en la cabeza y contusiones en varias partes del cuerpo. Grave.
Sub-Inspector, Don Heriberto Romo, Contusiones en la pierna y brazo derecho, mandíbula del mismo costado, ofendiéndole la dentadura y contuso en la rejión del tórax. Grave.
Sub-Inspector, Don Tomás Freire, Herida en la cabeza.
Guardián 1º, Raimundo Maldonado, Graves heridas en la cabeza. Trasladado sin conocimiento al hospital.
Dragoniante, Manuel Ramírez, Herida grave en el oído derecho. Al hospital.
Guardián 3º, Clodomiro Arcos, Herida en la cabeza. Al hospital.
Aspirante, Julio Fuentealba, Herida en la cabeza y parte del cuerpo. Al hospital.
Guardián 3º, Isaac Villar, Herida leve en la cabeza.
Guardián 3º, Manuel Cuevas, Contusión en el brazo derecho.

* Estos tres guardianes extraviaron las hojas de sus sables y los caballos llegaron solos a la Comisaría.

En la Morgue queda a disposición de US el cadáver de un desconocido que fue encontrado muerto cuando se dispersó a la turba que asaltó la casa de Don Rafael Errázuriz y los practicantes de la 2ª y 6ª Comisaría han curado y enviado a los distintos hospitales.

La Empresa de Tracción Eléctrica ha manifestado a esta sección que los perjuicios causados por los ataques al material rodante, alcanzan una suma de bastante importancia.

El señor Eduardo Holstein, Director Gerente de la misma compañía, fue también agredido á pedradas, en la Alameda (...), recibiendo una herida grave en la cabeza.

Me permito copiar a la letra a continuación la relación que el señor Belarmino Fuenzalida ha pasado a la Prefectura de Policía, por órden del Sr. Ministro de Guerra y en la cual encontrará Ud perfectamente explicado el comienzo de este lamentable atentado que cuesta tantas víctimas al Cuerpo de Policía:

“Santiago, a 22 de Octubre de 1905. Señor Prefecto. Con la venia del Sr. Ministro de la Guerra paso a imponer a Ud de los sucesos ocurridos hoy en el Palacio de la Moneda, en los cuales me cupo tomar parte.

Habiendo quedado a cargo del escuadrón Escolta, es decir de la dotación de 40 hombres que aquí dejó el cuerpo antes de partir a las maniobras, fui avisado hoy, a mi casa, más o menos a las 2 ½ de la tarde que había un gran tumulto de pueblo reunido a las puertas de la Moneda.

Inmediatamente me trasladé allí en carruaje y pude imponerme que lo que se quería era penetrar al interior de la Moneda, pues oí muchas voces que gritaban: “Entremos a la Moneda”. Puedo calcular que la jente reunida hasta ese momento no bajaría de seis a siete mil personas.

Viendo que no tenía tropa suficiente con que impedir la entrada y que las exigencias de hacerlo eran más apremiantes a cada momento, especialmente por el gran número de individuos en estado de ebriedad que allí andaban, les manifesté que SE no se encontraba en la Moneda i que impediría, en cumplimiento de mi deber, que penetrasen al interior.

Les dije, además, que si querían podría irme a ver con SE a su casa habitación a imponerle de sus deseos, lo que habiendo sido aceptado por ellos, realicé en seguida yendo al domicilio de SE a quien manifesté lo que pasaba. SE me manifestó que ya había hablado con la comisión del meeting acabado de celebrar.

Con esta contestación volví a la Moneda e impuse de ella a los manifestantes, quienes en vez de darse por satisfechos prorrumpieron en nuevas esclamaciones y avansaron (sic.) en actitud de penetrar al interior del Palacio.

Entonces di orden de cerrar la puerta y apenas comenzó a cumplirse ésta órden, una lluvia de piedras partió de los manifestantes a las puertas y ventanas de la Moneda, por lo que creí del caso solicitar la intervención de la policía.

El Comisario de la 6ª Comisaría, Señor Gómez, principió entonces á hacer despejar a los manifestantes con la enerjía (sic.) del caso; pero a la vez con un tino y prudencia que creo de mi deber dejar aquí constancia.

Saluda atentamente al Señor Prefecto.
Belarmino Fuenzalida B.”.

lunes, 9 de junio de 2008

Fuga y Desórdenes en el Presidio Ambulante

Las instancias de desórdenes y motines dentro de los penales constituyen una de las formas en que la protesta social popular se expresa, aun en períodos y lugares de represión y control social por excelencia, como son las prisiones, cárceles y diferentes lugares de encierro.
Dentro de todos los regímenes de privación de libertad en la historia de Chile, el Presidio Ambulante (o Presidio General de Los Carros) -ideado por Diego Portales, en 1836- ha simbolizado el mayor grado de alienación y deshumanización de los reclusos. Sin embargo, citando a Kropotkin en su texto "Las Prisiones": "Si se me preguntara ¿qué podría hacerse para mejorar el régimen penitenciario?, ¡Nada! -respondería- porque no es posible mejorar una prisión. Salvo algunas pequeñas mejoras sin importancia, no hay absolutamente nada que hacer, sino demolerlas".
El Presidio Ambulante fue un régimen de trabajo forzado para prisioneros de diversos delitos, el cual se caracterizaba por ser un conjunto de jaulas tiradas por bueyes, desplazándose entre Santiago y Valparaíso. El camino de Santiago a Valparaíso que salía desde la calle de San Pablo, pasando por la cuesta de Lo Aguirre, Casablanca, hasta Valparaíso fue abierto y adoquinado por estos reos trabajando en cuadrillas de parejas unidas por grilletes en los pies.
El Presidio Ambulante funcionó hasta 1847, cuando se fundó la Penitenciaría de Santiago.


El presente es un comunicado de Comandante de la Guarnición del Presidio Ambulante, Julián Zilleruelo, a su Director.
(Está textual, de allí las numerosas faltas de ortografía.)


"En este dia y como á las nuebe, de la mañana, llamaron los presidiarios qe. componian dos de los carros qe. existen [en] este punto, pª depositar el presidio, al cabo de la guardª y pidieron permiso onestam[en]te. pª salir á haser sus deposiciones corporales al lugar, como era de costumbre y se les consedio, apostando al efecto dies sentinelas al frente y costados mas de los dos que hay permanentes al frente, y espalda de los carros, quedando la demas tropa en descanso bajo de una ramada qe. les cubre el sol, y yo paseandome al frente en observasion. En estas circunstancias, se bolbieron los agresores sin aser amago a nada, pero ya de acuerdo para el motin y capitaneados por los muy nombrados fascinerosos qe. murieron en el tiroteo: Jeronimo Corrotea, Pasqual Aguila, Cayetano Olmasabal y Fernando Trelles qe. es profugo, y tan luego qe. se aproximaron a sus carros donde debia dentrar, se hisieron la señal de alarma, y dandome Olmasabal un feros peñascaso en la cara qe. me lastimo me aturdio por cortos momentos, y los demas dirijieron sus tiros con piedras qe. a prevencion traigan [sic.] sobre la tropa, logrando tomar algunos fusiles qe. descargaron sin probecho el unico tiro con qe. estaban cargados y ponerse en presipitada fuga para diferentes rumbos del llano (de Peñuelas)

Incontinente me reise con mi tropa y los cargue con toda energia, muriendo muchos de ellos por el fuego qe. les hize en el acto de su fuga y persiguiendolos insesantem[en]te. sin dejar tomar alientos. H[as]ta. las inmediaciones de las casas de la hacienda de las tablas y particularm[en]te. a las internacion[e]s. de las casas, y monte de Peñuelas. Toda la gabilla, en mi concepto quedo reducida a beinte profugos qe. he podido por aora hallar solam[en]te. beinte y siete muertos y ocho eridos, como V. J. lo bera en el estado qe. tengo el honor de adjuntarle. No dudo qe. hayan quisas uno que otro muerto mas p[o]r. tras de las lomas por donde los perseguía.

El piquete de Imbalidos [sic.] qe. mando se ha comportado con toda la energia de un bravo soldado sin reparar en la vida a trueque [sic.] de lleno sus deberes con honor y valentia, disputandose el coraje unos a otros en defensa de sus puesto; á (excepción) del cabo Marcos Salas qe. se halla de ausiliar a la guarnicion, qe. en lugar de ser premiado merese un castigo por aber abandonado su puesto y fugadose escandalosamte. de el puesto en todo el apuro manifestandole a la tropa la mayor cobardia, y con ella misma valorisando a los malbados qe. se sigan fugando con tanto abandono, por lo qe. no me es de la menor confiansa pª la prosecusion del destacamento.

Todos los (jefes) del transito fueron encargados de la áprension de los qe. fugaban por diferentes medidas, qe. tomo en mi áusilio Dn. José Matias Sifuentes, uno de los individuos qe. se halla preso en este establecim[ien]to. pero de toda confiansa y por lo tanto merese algunas consideraciones y la de andar suelto. Sifuentes en medio del apuro cuando yo perseguía a los qe. fugaban dirijio comunicasion de seguridad al departamento de Casablanca y La Plasilla, y custodio un carro qe. tenia ocho ombres dentro, serrando los candados de otros, como tamb[ié]n. Jose Mª (Fernandes), Vicente Gallardo, y Calisto Beltran qe. actualm[en]te. se hallaban asiendo la policia que se condujeron honradam[en]te. del mismodo [sic.] Bernardo Gonsales qe. se dirijio a dar parte a Valpº. Florencio Yañes merese mi recomendacion tamb[ié]n. por qe. segun me disen los demas el me sacó del sentro del tumulto en donde estube por momento enbuelto, con motibo de estar desatentado del golpe qe. resibi, y teniendome Corrotea tomado de la punta del poncho.

Es increible anunciar a V. J. qe. en este dia se juntaron los mas grandes peligros, amagandose aun todabia mas exsenas de sang[r]e. qe. la ocurrida, en la qe. tubo una parte actiba el profugo Fernando Trelles, el cual tomo la acha qe. estaba en la cosina, y rompio todos los candados qe. serraban los carros y cortó cuanta cadena se le presentaba pª fasilitarles mas la fuga.

Inmediatamte. qe. me regresé a los carros hise sacar a mi presencia al presidiario Juan Antº Gutierres, tambn. de forma qe. fue el ultimo qe. se tomó erido, y hasiendolo con las armas preparadas en amagos de egecutarlo practique una indagacion a ber si descubria algunos otros motores, y comicione al mencionado Sifuentes pª las indagacion[e]s. a mi presencia quien con la mayor esaptitud y fidelidad le interrogó en bos alta, y aunqe. se trabajo mucho no se pudo adquirir mas sino qe. todos los qe. estaban enserrados eran complices y qe. este plan lo habian forjado un dia estando en el trabajo, por inbitacion[e]s. de los cabesas qe. ya dejo indicado, y siendome imposible saber algo mas particularmte. suspendi las ordenes bolbiendole a enserrar.

Desgraciadam[en]te. en la lucha saque un cabo de Inbalidos [sic.] muy erido, un sargento, y dos soldados mas, uno de un balaso, cuya bala luego adentro del (cuerpo) al (tiempo) de pasar al hospital, y otro de una erida de bayoneta, con cuyo acontesim[ien]to. se ha desmembrado la fuersa y seria urgente si fuese del superior agrado de V. J. me mandasen un relebo pr. el (tiempo) qe. se tenga a bien, como igualm[en]te. se me probea de municiones y armas pª remplasar por aora las quebradas.

V. J. deliberara lo qe. halle por conben[ien]te.
Dios Guarde a V. J.

Julian Zilleruelo

En: Archivo Nacional de Chile, Ministerio de Justicia, volúmen 23 "Stgo. y Valparaíso 1837-42". Comandante de la Guarnición del Presidio Ambulante, Julián Zilleruelo, al Sr. Director del Presidio Ambulante. Peñuelas, marzo 14 de 1841.

Búsquese Ud. un Revólver

¡Búsquese Ud. un revolver!

¡Búsquese Ud. un revolver! ¿Entiende Ud. bien lo que digo?.

Búsquese Ud. un revolver. Cuanto más pronto mejor. Cómprelo, quítelo o róbelo. La cuestión es que Ud. debe andar armado. ¿Ud. cree por ventura que la revolución social se va a hacer con serpentinas como en los días de carnaval? ¿Ud. cree que los capitalistas van a entregar las tierras y las fábricas, como entregan sus hijas a los millonarios? ¿Es Ud. tanto tonto que cree en una posible armonía entre patrones y obreros? ¿No ve Ud. que día a día, en todas partes del mundo, cuando los obreros exigen alguna mejora aparecen soldaditos cargados de rifles y bayonetas? ¿No vio Ud. que en la huelga de los compañeros tranviarios andaba todo el ejército amparando a los traidores? Bien. Si esto ocurre cuando se hace un reclamo o se solicita alguna mejora, que en buenas cuentas no es nada, ¿qué será cuando exijamos el derecho a la tierra, a la vida, a la libertad? Piense bien, lo que le digo.

Búsquese Ud. un revólver y ejercítese lo bastante. Hágase Ud. un blanco para que dispare. Dibuje en él la cabeza de Astorquiza, de Zañartu, de Gonzalo Bulnes o la suya si le parece… Dispare y dispare. Ud. prepárese para la Revolución que ya está encima. Aconseje a sus demás camaradas que hagan lo mismo. Aquellos que le hablan a Ud. de “evolución pacífica” y de “soluciones armónicas” con la clase capitalista, le engañan a Ud. miserablemente. ¿No ve, Ud., que en Rusia los trabajadores tuvieron que armarse para derrocar a todos los tiranos? No ve, Ud., como hoy viven a sus anchas, disfrutando de toda clase de comodidades? Hace más de cien años que Ud. ha soportado pacíficamente toda clase de humillaciones, y ¿qué beneficios ha obtenido de parte de sus amos? El miserable cuartucho en que vive y que Ud. paga a precio de oro, las enfermedades que aniquilan prematuramente a Ud. y a sus hijos, las guerras que siembran el hambre y el dolor en los hogares y las metrallas que Ud. recibe cuando exige un poco de alimento y un poco de justicia para su familia e hijos… Eso, todo eso es el pago a sus desvelos y sacrificios…. Convénzase, Ud., de una vez.

Búsquese Ud. un revolver. Cuanto más pronto, mejor. Cómprelo, quítelo o róbelo. La cuestión es que Ud. debe Andar armado. Cuando la clase obrera, consciente y armada exija sus derechos a la vida y a la libertad, entonces verá Ud. como caen los tronos y los tiranos. Mientras Ud. siga gritando como tonto por las calles, pidiendo pan y justicia, verá Ud. como llueven las balas sobre su cabeza.

Termino. Buscándose Ud. un revolver y aconsejando a los demás a prepararse para la Revolución, verá Ud. renacer una nueva aurora para el mundo.

¡Búsquese Ud., un revolver!.



Santiago, 1921.

jueves, 5 de junio de 2008

Efraín Plaza Olmedo

La Sociedad de Resistencia era la unidad básica de organización social del anarquismo, marcada por el asamblearismo y la horizontalidad. Durante los primeros años de la década de 1910, existió en Santiago la Sociedad de Resistencia de Oficios Varios, que se vería vinculada a finales de 1911 en la investigación sobre un atentado explosivo contra el Convento de los Carmelitas Descalzos, en Independencia, el 21 de diciembre, exactamente a 4 años de la matanza de obreros en Santa María.

La investigación judicial sobre estos hechos desembocó en el procesamiento de muchos de sus miembros y simpatizantes, además de llegar a conocer algunos documentos en que demostraba su carácter bastante "políticamente incorrecto", dentro de su declaración de principios se aceptaba la lucha de clases como camino para el mejoramiento social de los asociados y de la clase, así como la aceptación de la huelga, el boicot y el sabotaje, además del empleo de la "acción directa" junto con la propaganda escrita y por medio de conferencias, como medios de lucha para conseguirlo.

En la Oficios Varios participaron miembros de todos los grupos ácratas que funcionaban en Santiago: del periódico La Protesta, El Productor y Luz i Vida, también de Libertad y Avance, del Centro Dramático Máximo Gorki y del Musical Obrero. Además participaron sujetos al margen de otras organizaciones e individualidades vinculadas a la Unión en Resistencia de Panaderos, tranviarios y zapateros, carpinteros y oficios más calificados como herreros, mecánicos, carroceros, peluqueros, catreros y tipógrafos. Dentro de las individualidades afines a esta organización estaba precisamente Efraín Plaza Olmedo, carpintero, domiciliado en San Diego, de 26 años de edad, soltero, que lee y escribe.

Este anarquista individualista santiaguino, el 14 de julio de 1912 disparó en la calle de Ahumada esquina de Huérfanos -centro del comercio y lugar de paseo de la burguesía-, matando a dos jóvenes de la clase alta. Posteriormente trató de darse a la fuga pero fue detenido en momentos en que intentaban lincharlo mientras declaraba: "Tengo la satisfacción de haber vengado á los oprimidos".

Al ser interrogado, el reo declaró que "él estimaba que sólo con medios violentos podía conseguirse remover el actual estado de cosas". Más adelante agregaría que el revólver lo había comprado "para dar muerte al Presidente Pedro Montt y a algunos jefes militares responsables de la matanza de la Escuela Santa María".

Después de su acción, la prensa y la opinión pública se involucraron en el siempre actual debate sobre la violencia. Algunos ácratas, a través del periódico La Batalla, dirían "¡Hermano! Te llaman asesino los idiotas y nosotros te llamamos justiciero". Otros anarquistas buscaron distanciarse de este núcleo, separándose las aguas entre sindicalistas, socialistas, libertarios, maximalistas, anarquistas, anarcosindicalistas, anarcocomunistas, etc. (Sólo en 1923 con el fin de la clandestinidad de la IWW, se unirían nuevamente estos sectores durante unos años más) Por su parte, los sectores reaccionarios, organizados en la Federación Patriótica, no tardarían en llamar a un desfile en contra del crimen, y del anarquismo y otras "doctrinas sediciosas y antipatrióticas".

Durante el proceso judicial el Promotor Fiscal, pidiendo condena ante el juez, establece que:

"Encargado reo Plaza Olmedo, mantiene su declaración en que confiesa
ser autor del doble crimen (...) que salió de su casa con revólver en el bolsillo
resuelto á matar a un burgués. (...)
Que después de la matanza de obreros de Iquique, ocurrida hace algún tiempo,
aumentó su indignación la catástrofe en el mineral 'El Teniente' y por esto
decidió atacar á la burguesía para vengar á la clase obrera.
Insiste en que el crimen lo cometió con toda premeditación
y repite que por sus ideas anarquistas".

A mediados de mayo de 1913 sería condenado a 20 años de prisión, más accesorias por cada uno de los asesinatos, con la atenuante de irreprochable conducta anterior que impidió la condena a muerte.

Ya entre rejas, Plaza Olmedo seguiría con sus acciones de protesta. Una serie de comunicados enviados a sus compañeros de La Batalla, daban cuenta de que el alcaide lo obligaba a asistir a la misa dominical tras esposarlo y golpearlo los guardias, pese a lo cual no dejaba que el cura dijera una sola palabra, insultándolo, tanto a él como a los guardias y al juez. De regreso a la celda, siguió repartiendo improperios al sacerdote y al juez por lo cual pretendieron engrillarlo de pies y manos, a lo que resistió, sacando un fierro de su celda, aturdiendo a uno de los carceleros.

Sus constantes desórdenes desembocarían en "innumerables algarradas" y también buscó propagar su ideal entre los demás reclusos. Las huelgas de hambre y los motines se multiplicaron, así como los reclamos ante las autoridades de la Penitenciaría de Santiago. Su reclusión solitaria y sin derecho a visitas durante 4 años, y más tarde su traslado a la Penitenciaría de Talca cortarían sus nexos con sus compañeros. Aunque la prensa anarquista elevaría su protesta contra la prisión de Plaza Olmedo, a ella se sumaría el apoyo de la Federación Individualista Internacional.

La rearticulación de la IWW significó la multiplicación de las movilizaciones por la libertad de Plaza Olmedo, ahora con apoyo de amplios sectores de la sociedad, incluso del Partido Comunista y la Federación Obrera de Chile, ahora controlada por éste.

El movimiento militar de los oficiales jóvenes del ejército, más aún con su viraje hacia la izquierda desde enero de 1925, en su intento de granjearse las simpatías obreriles, declararía el indulto para Plaza Olmedo. El primer domingo de marzo de 1925, Plaza salía de la Penitenciaría de Talca con 39 años de edad, trece de prisión política, de los cuales 56 meses fueron de aislamiento total. Declarando más tarde en el periódico Acción Directa, que: "¡La cárcel a mí no me atormentó, compañeros! Yo siempre viví al margen del dolor en la prisión", y se incorporó "lleno de entusiasmo por la lucha social". Desde entonces participará activamente en las movilizaciones de los arrendatarios de Santiago, en pos del abaratamiento de los cánones de arriendo y por la mejora de las condiciones de vida de los sectores populares urbanos.

El 27 de abril, se encontraría un cuerpo a un costado del camino de Conchalí, junto a un canal y bajo un robusto sauce. Era Efraín Plaza Olmedo. La prensa ácrata declarará "¿Suicidio o asesinato? No nos interesa. De todos modos señalamos al capitalismo, señalamos al Estado, como los grandes responsables de la muerte de este hombre que con su palabra henchida de bondad y de amor y con su acción revolucionaria hizo vacilar sus bastardos intereses".



Bibliografía:

Sobre el atentado al Convento de los Carmelitas Descalzos y la Oficios Varios, véase el Legajo 1675, del Fondo Judicial Criminal de Santiago (FJCS)

Sobre el atentado de Plaza Olmedo, puede revisarse la prensa de la época, destacando El Diario Ilustrado, Sucesos, El Mercurio y La Nación, desde la prensa oficial. De la prensa obrera por su parte, se puede seguir el debate entre las posiciones opuestas dentro de las organizaciones populares, revisando "El Despertar de los Trabajadores", periódico dirigido por Recabarren, en el que se condena los hechos; y "La Batalla", en que se explica las razones del reo y se reivindica su acción.

Sobre el tema en particular, se recomienda el texto de Alberto Harambour. "Jesto y Palabra, Idea y Acción. La historia de Efraín Plaza Olmedo". En: Colectivo de Oficios Varios. "Arriba Quemando el Sol. Estudios de Historia Social Chilena: Experiencias populares de trabajo, revuelta y autonomía, 1830-1940". LOM, Santiago, 2004. páginas 137-193.



- Grez, Sergio. "Los Anarquistas y el Movimiento Obrero en Chile. La alborada de "la Idea" en Chile, 1893-1915". LOM, Santiago, 2007.